miércoles, 21 de septiembre de 2011

Regionalistas de la mano

Y se besan y se besan, gritaban los niños en la escuela. Y se besaron, pocos años después de la discordia absoluta, después de los más acérrimos reproches. De insularistas, de caprichosos, de amantes del poder se acusaron, de un lado y de otro, no cesaron, y al final, todo para acabar juntos, para acabar de la mano. 



Roman y Paulino ya estrechaban lazos en el pasado
Consumado el pacto nacionalista entre Nueva Canarias y Coalición Canaria para las próximas elecciones generales de Noviembre, una cosa vuelve a quedar clara en la realidad política isleña, primero el poder, segundo el poder y después la sillita. Los neocanarios tras los funestos resultados, funestos no de escrutinio sino de poder, de las pasadas elecciones de Mayo tomaron conciencia de una cosa y es que cuanto más seamos, toca menos a repartir. Tras perder el poder en el cabildo de Gran Canaria y en el ayuntamiento de Telde se dieron cuenta de que así no iban a ningún lado, que tras dos elecciones presentándose por separado, entendían suficiente el arresto infligido a Coalición. Ya estos se habrían enterado. Saben neocanarios y coalicioneros que, al final, comparten marca, que no ideología, no porque sea diferente, sino porque ni ellos mismos la conocen. Comparten regionalismo caciquil disfrazado de nacionalismo moderado.



Pero no todos son besos y abrazos en ambas filas regionalistas, todavía quedan algunos versos sueltos que no ven pertinente el pacto. Por el lado coalicionero, la marca en Gran Canaria no se siente del todo agusto viendo a los chicos de Román sentaditos al lado suyo, será porque los romanes les pusieron a caer de un burro, será por pura posé, o quizá, y los más probable, un poco de ambas. Por el lado de los chicos de Román también se asoman las voces discordantes, concretando mejor, se asoma una voz discordante, la de la formación municipalista “Roque Aguayro”. Ellos, los lagarteros, han visto como han ido perdiendo, el poder que se les prometía dentro de la organización neocanaria y aunque su discordancia ideológica pudiera parece motivo de secesión de la matriz de Roman, nunca la fricción es tan grande para tener que romper relaciones con el partido del que, por mucho que se esmeren en parecer independientes, forman parte. A Morales, y a los suyos, poco a poco se les irá gastando el crédito de la izquieda canaria, porque no está bien querer ser una cosa y formar parte de otra.



Veremos cuánto dura el matrimonio convenientemente pactado, veremos qué pasa después del aniversario de la muerte del español caudillo, mientras tanto, como deciamos al principio; Y se besan y se besan, gritaban los niños en la escuela. Y se besaron, pocos años después de la discordia absoluta, después de los más acérrimos reproches. De insularistas, de caprichosos, de amantes del poder se acusaron, de un lado y de otro, no cesaron, y al final, todo para acabar juntos, para acabar de la mano. Y se besaron. 

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