miércoles, 23 de febrero de 2011

Una de Maestros

Se trabaja en el parlamento canario, lo que ya es noticia. Se debate, estos días, en nuestro parlamento sobre el estado de la nación(alidad), y se enzarzan -o ensalsan que al caso es lo mismo- nuestro queridísimo presidente Paulino y su ex vicepresidente (Z)oria en un interesante debate sobre literatos canarios. (Z)oria con Galdós y Paulino con Estévanez, demostrando tanto Presidente como ex Vicepresidente sus altísimos conocimientos literarios, quién lo diría, tales eminencias citando autores en el mismo lugar en el que hace tan solo unos días, sus distinguidas señorías, por unanimidad decidían dedicar todo un año literario al más ilustre físico de nuestra historia. ¿Paradoja?
Maestro y Consejera de Educación

Sorprende más el alto nivel cultural de nuestros queridísimos Presidente y ex Vicepresidente en un país como el nuestro. Un país sin maestros. Un país donde tales eminencias culturales han decidido no convocar oposiciones públicas a maestro. Sorprende el tan alto nivel cultural de nuestro Presidente y ex Vicepresidente en un país como el nuestro, un país donde el 72% de las bajas del profesorado no son sustituidas. Sorprende todavía más tan alto nivel cultural en un país donde sistemáticamente se recorta en Educación, un país al que todas las evaluaciones externas en la materia la ponen a la cola del Estado español, y es que hablar de PISA en Canarias no es hablar de geografía, ni de torres inclinadas, PISA en Canarias es consecuencia.

PISA en Canarias es consecuencia de un sistema político-económico putrefacto, corrupto y colonial. Y es que al canario se le quiere dócil y no hay ser más dócil que el iletrado. Al canario se le quiere burro, burro que sea buen cargador de cemento y picón, burro conductor, que lleve guaguas hasta nuestros sures. Al canario se le quiere burro, burro que rebuzne varios idiomas, tan servicial como servidor. Al canario se le quiere burro, burro que no vea como es explotado, que no vea como es saqueado, burro que no vea como unos pocos destrozan su tierra y llenan sus bolsillos, dejando tras de sí las migas, los pastos. Y el que no quiera ser simple burro que pague, que será burro pero bien formado.