Más allá de Siwa.

Estalla el norte de África, más allá de Siwa. Brotan las protestas de unos pueblos faltos de libertad, faltos de trabajo y sobrados de tiranía. Sobrados de una explotación colonial sufrida casi a perpetuidad y es que sus independencias fueron a formalidad. Sus dependencias son tan acuciantes hoy como lo fueron hace medio siglo. Su colonización económica toma como modelo su otrora colonización política. Modelo por el que se hace necesario tener a las oligarquías y a los ejércitos nacionales a disposición de los intereses coloniales. Oligarquías que a su vez, con el fin de mantener el status quo, necesitan de la violencia, la coacción, el miedo y la miseria como maná para ganarse el beneplácito de sus capataces occidentales. Así se articula un sistema corrupto, injusto, desigual y explotador donde unos pocos y occidente explotan sin piedad a pueblos enteros.

Y más acá está Canarias, también en el norte de África, también colonizada, dependiente, amarrada. Más acá está Canarias, con el mayor número de parados de su historia. Más acá está Canarias, con la tasa de paro más alta de todo el Estado Español. Más acá está Canarias, con una estructura económica totalmente dependiente de lo que se decida a 2000 kilómetros de distancia, en otro continente. Más acá está Canarias, que no sabe si sus abuelas serán algún día jubiladas, si sus hijas dejaran de estar paradas y de sus nietas, de sus nietas, Canarias sí que no sabe nada.

Y es que viéndolo bien, quizá Canarias no esté más acá que Siwa. Quizá Canarias está en el mismo lugar, con los mismos dolores y padecimientos, con las mismas estructuras y sistemas, con los mismos explotadores y explotados. Canarias es hoy Marruecos o Túnez, Güimar es hoy Abu Simbel y el Nilo, el Nilo es Guiniguada. 

Un país extraño

Nacimos en un país extraño. Nacimos en un país necesitado de venderse al exterior, de venderse hacia afuera. Nacimos en un país que vive de vender su tierra, su clima y hasta su gente. Nacimos en un país que se vende. Nacimos en un país vendido.

Somos de un país que denomina prehistoria a lo pasado hace tan solo 600 años. Somos de un país que solo sabe que son islas, que se dice de un continente que le queda a 2000 kilómetros y da la espalda al suyo, al que tiene al lado. Somos de un país al que se quiere indeterminado.

De nuestro país sabemos muy pocas cosas y las pocas que sabemos por nuestra cuenta conocemos. De nuestro país sabemos que fue colonizado hace unos 600 años, que vinieron gentes de europa, caciques, campesinos, soldados, que con nuestro pueblo se mezclaron. De nuestro país sabemos que fue trampolín de un nuevo continente encontrado. De nuestro país sabemos que primero fue colonia de producción y ahora de consumo y aunque muy pocas cosas de nuestro país sepamos, una, una si que tenemos claro, y es que en 600 años muy, pero que muy pocas cosas han cambiado.

Y es que si antes los caciques venían de fuera, ahora se dicen de la tierra. Ahora se dicen defensores de lo nuestro que no es más que lo suyo, de lo que hace 600 años se apropiaron. Y tanto es así que ahora, para defender lo suyo necesitan destrozar tierra, mar y aire, dañar costa y montaña, pinar y tabaibas. Y ahora sus bolsillos han encontrado un lugar mágico, encantado, y ahora sus bolsillos con Tindaya han topado.